Slow Play

Jugando Slow Play
El Slow Play es un término para definir un determinado estilo de juego, que se lleva a cabo en el póker con el objetivo de engañar al adversario, haciéndole creer que se tiene una mano débil cuando, en realidad, se tiene una mano muy fuerte.
En este artículo vamos a ver un ejemplo de cómo se debería jugar una mano muy fuerte, haciendo Slow Play.
Jugando lento
Supongamos que hemos recibido AA de mano. Sin duda, unas cartas poderosísimas. Para no desvelar la fuerza de nuestra mano, antes de ver las cartas comunes, decidimos únicamente igualar la apuesta.
Tres adversarios más se unen al bote, y se muestra un tercer As, un 3, y un 9.
Las tres cartas son de diferente palo, y no están conectadas entre sí, por lo que nuestras posibilidades de ganar son muy altas.
Sin embargo, sabemos que sólo queda un cuarto As en la baraja, y quizá no lo lleve ninguno de nuestros oponentes. Apostar sería poco menos que gritar que tenemos, como mínimo, un segundo As.
Así que pasamos, y el siguiente jugador apuesta, echando a los otros dos jugadores.
Ahora sólo estamos contra un adversario que, probablemente, vaya por detrás de nosotros.
Pagamos su apuesta, y vemos la cuarta carta.
Un 8 de picas, por ejemplo.
Sigue sin haber nada peligroso para nosotros en la mesa, así que hacemos check, esperando a que nuestro adversario apueste.
Seguiremos haciendo este juego, hasta ver la última carta, donde seremos nosotros los que apostemos (para evitar que nuestro adversario haga un segundo check y perdamos la oportunidad de ganar unas fichas extra).
Si nos paga, mostraremos orgullosos nuestra mano ganadora, y, si no lo hace, la ocultaremos para que nadie sepa si teníamos una buena mano, o estábamos faroleando.
Como ves, el Slow Play es una forma muy interesante de ganar una buena cantidad de fichas, pero debe saberse jugar, ya que, si las cartas de la mesa son peligrosas, podemos pasar de tener una muy buena mano, a tener una mano perdedora.
Deja una respuesta